La problemática

La Institución ofrece una cultura que contrarresta, la cultura de la violencia como institución incluyente y democrática.

Los maestros asumen una actitud coherente con la resolución de conflictos ínter-escolares, en el seguimiento del artículo 22 de la Constitución Política de Colombia que considera “la Paz como un derecho y un deber obligatorio”.

A la escuela se le ha exigido orientar, dinamizar y proyectar hacia la modernización del país en el crecimiento económico, social, cultural, democrático y tecnológico, con procedimientos que caminen hacia la participación en la sociedad. 

Buena parte del estudiantado presenta condiciones, de desplazamiento por violencia, madres cabeza de hogar, familias disfuncionales, entre otras  razones que obstaculizan el normal desarrollo del proceso pedagógico y de formación integral, ya que, se vive en situación de injusticia e intolerancia.

El qué hacer

Se orienta hacia una real formación de ciudadanos, donde se ponga en práctica la tolerancia social, la habilidad de convivir con quienes piensan distinto, respetando las diferencias culturales, raciales, sexuales, económicas, políticas, religiosas, y junto a ello fortalecer la capacidad para resolver conflictos mediante el diálogo y la negociación.

Reconocer que sin la tolerancia, los mecanismos de justicia y de poder, los conflictos casi siempre llegan a ser resueltos por la fuerza y la violencia… pues, cada quien hace justicia con sus propias manos.

El compromiso está en educar en el conocimiento que tenga en cuenta la vida escolar, la manera como se vive, la organización social, el poder, la autoridad, la justicia, las relaciones interpersonales con maestros, padres de familia, estudiantes y con los miembros de la comunidad educativa que requiere de una sana convivencia, en función de mejores procesos institucionales.